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Vivec God

Vivec en su templo.

Para otros usos, ver "Vivec (desambiguación)"

Vivec (o Vehk) fue un guerrero-poeta deidad de los dunmer. Es la "vi" de Almsivi, el Tribunal. Era el Dios-Rey guardián de la tierra santa de Páramo de Vvarden y protector siempre vigilante de los dioses oscuros de la Montaña Roja, la puerta al infierno.

Por juego[]

Descripción[]

Vivec encarna el ideal del aventurero entregado también a las artes, y por ello es llamado el Guerrero-Poeta. Tiene a su servicio directo a los Armígeros Joviales, su ejército personal, y cuyos miembros tratan de emular las hazañas del guerrero-poeta de las leyendas.

Vivec está encargado de custodiar la tierra sagrada de Páramo de Vvarden, para cuya consecución construyó la ciudad de Vivec en el extremo sur de la isla, donde además estableció su residencia permanente, en el Palacio de Vivec. Al igual que Almalexia, a Vivec le gusta disfrutar del calor del pueblo, y por ello solía salir a sentirlo por las calles de la ciudad, en las épocas en que no sentía debilitarse sus poderes.

Los poderes de Vivec son tan inmensos que fue capaz de detener un meteorito lanzado por Sheogorath contra su ciudad, que tras eso fue conocido como Baar Dau y utilizado como prisión; gracias siempre a que Vivec lo mantenía con su poder flotando sobre la ciudad.

Aunque el tiempo ha vuelto borrosos algunos aspectos de su pasado y las preguntas rodean algunas de sus decisiones más polémicas, Vivec siempre ha representado el espíritu y la dualidad de las personas dunmer, que se refleja en su apariencia medio dunmer-medio chimer.

Durante cientos (si no miles) de años residió, principalmente, en el pináculo de su Palacio en Vivec, su capital, que era visitada por cientos de peregrinos y turistas a diario. Guió y protegió honorablemente a los dunmer durante miles de años hasta la pérdida de su divinidad y posterior desaparición casi al final de la Tercera Era, un sacrificio que no sólo aceptó, sino que ayudó a llevar a cabo.

Biografía[]

Primera Era[]

Vivec nació en la Primera Era en El Duelo, en lo que entonces era conocido como Resdayn, durante la ocupación nórdica de su tierra. Al poco de nacer se quedó huérfano y empezó a dirigir una banda callejera que hacía cualquier cosa, fuera ilegal o no, para conseguir dinero. En algún momento durante esta etapa fue visitado por un guardaespaldas de caravanas llamado Indoril Nerevar, y decidió unirse a él. Indoril Nerevar acabó dirigiendo una rebelión contra los nórdicos, que los expulsó de su tierra, y en ella Vivec luchó como general a su lado. Al acabar la guerra, formaron el Primer Concilio, y Vivec formó parte de él, junto con la esposa de Nerevar, Indoril Almalexia y Sotha Sil. Así, estos tres chimer se convirtieron en los más cercanos consejeros de Nerevar, ahora que él estaba a la cabeza de su pueblo.

Segunda Era[]

Alrededor del 582 SE, Vivec sufrió una crisis cuando vio cómo sus poderes mermaban rápidamente, sin saber a qué se debía. Mandó a un aventurero conocido como el Vestigio a averiguarlo, y en última instancia, acabar con la fuente de su debilidad. Todo se debía a un cenicio llamado Chodala que había robado un artefacto creado por Sotha Sil, llamado Sunna'rah, un bastón con el que podía robar la energía divina de Vivec para convertirse en un ser invulnerable. Chodala, alentado por el súbito descubrimiento de dicho poder, se sintió con capacidad de autoproclamarse Nerevarino; sin embargo, su pueblo cenicio no lo siguió, desconfiando de sus actos, y le dio la espalda. Tras lo cual, el Vestigio acabó con él y Vivec consiguió recuperar sus poderes divinos.

A finales de la Segunda Era, Dagoth Ur despertó bajo la Montaña Roja, impidiendo la peregrinación anual del Tribunal al Corazón de Lorkhan para obtener poder. Tras eso Vivec y sus otros dos compañeros vieron cómo sus poderes disminuían, eludiendo aparecer en público desde entonces. Construyeron la Cerca Fantasmal para contener las fuerzas de Dagoth Ur, lo que les debilitaba aún más debido a todo el poder que requerían para mantenerla activa.

Tercera Era[]

La situación continuó durante toda la Tercera Era, registrándose escaramuzas cada vez más habituales entre las criaturas de ceniza de Dagoth Ur y las fuerzas del Templo.

En el 417 apareció un misterioso personaje en la isla de Páramo de Vvarden, que cuando fue revelado como el Nerevarino, recibió toda la ayuda de Vivec para derrotar a la amenaza de Dagoth Ur. Después de eso, el Nerevarino viajó a El Duelo, donde se acabó enfrentando a Almalexia, que se había vuelto loca tras un largo periodo viendo cómo disminuían sus poderes. Así, Vivec fue el último de los dioses vivientes del Tribunal, muriendo en última instancia al haber sido destruido el Corazón de Lorkhan.

Ver también[]

Apariciones[]

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