Elder Scrolls
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L lettera leyenda cuenta que un leñador construyó una vez una cabaña en la espesura de un pinar, donde esperaba vivir en paz con su familia.

La familia del leñador vivió bien durante un tiempo, pero, sin previo aviso, el clima cambió drásticamente y empezó a hacer mucho frío, lo que echó a perder la cosecha. En poco tiempo, con sus exiguas reservas de comida agotadas, la familia se moría de hambre.

Una noche de invierno, un viajero llamó a la puerta de la cabaña en busca de abrigo del duro frío. El leñador, de corazón siempre generoso, dio la bienvenida al extranjero a su hogar, excusándose por no tener comida que ofrecer.

Con una sonrisa, el viajero se quitó la capa y mostró el atuendo de un mago. Ante la atenta mirada del leñador y su familia, el misterioso visitante abrió su petate y extrajo un pergamino atado con un lazo de plata. En cuanto el mago desplegó el pergamino y leyó su contenido, un gran festín apareció de la nada, y nadie esa noche en la cabaña del leñador pasó hambre.

Día tras día la nieve se amontonaba, y noche tras noche, el mago extraía un nuevo pergamino de su bolsa y leía las palabras, y con ellas, un nuevo festín. En la quinta noche, la esposa del leñador despertó a su esposo y le confesó que no se fiaba de su mágico invitado. Sin duda, argumentó, estos festines que disfrutamos noche tras noche tendrán un precio.

El leñador no estaba de acuerdo. Después de estar a punto de morir por escasez de comida, su familia al fin se alimentaba bien. Los Divinos les habían enviado un regalo, explicó, y sería absurdo cuestionar su sabiduría.

Pero la esposa del leñador no se dejó convencer, y su temor y desesperación aumentaban noche tras noche. Estaba segura de que la familia había hecho un pacto con el diablo, y pronto llegaría la hora de que el mago pidiera algo a cambio por sus presentes.

Una noche que todos dormían, la esposa del leñador salió de su cama, echó mano del hacha de su marido, entró en la habitación del viajero y, con un solo movimiento, lo decapitó.

De pronto, la cabeza desmembrada del mago despertó. Sus ojos se abrieron de par en par, y cuando contempló su amputado cuerpo, emitió un terrible grito.

El aterrador alarido despertó al leñador y a sus hijos, que entraron en la habitación y se quedaron estupefactos al ver el mago decapitado.

Con su último aliento de vida, el viajero maldijo a la esposa del leñador. Tras su muerte, quedaba condenada a renacer y vagar sola por los bosques para arder cuando saliera el sol.

Hasta el día de hoy, aquellos que caminan por el bosque a horas tardías cuentan que han visto una mujer entre los árboles. Lleva un hacha ensangrentada, dicen, y su visión es aterradora.
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