Elder Scrolls
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B letterrandyl:

Espero que este texto con las últimas palabras de tu padre llegue a tus manos. Durante los primeros años de tu vida, serví a la Casa Telvanni como nodriza y quería corresponder a la amabilidad que tu padre mostró conmigo. He hecho todo lo posible para dar contigo, pero me temo que nunca nos conoceremos cara a cara. Hidrya Olen

Middas, Segunda semilla, 6 de la Cuarta Era
¿Estamos acaso ante el final de todo cuanto existe? ¿Moriremos bajo las crueles y dentadas hojas de la fuerza invasora argoniana? Tras sobrevivir al Año Rojo, luchar para alzarme de entre las cenizas y los escombros y enterrar a los miles de muertos, ¿será este nuestro epitafio? La ironía de tu muerte brilla con más fuerza que Masser en el solsticio de verano. Nos lo hemos buscado. Los argonianos solo respondían a una llamada a la guerra incitada por los milenios de sufrimiento a los que los hemos sometido. Y aquí me encuentro, en el ruinoso sótano de nuestra casa, mientras miles de botas resuenan sobre mí y los gritos de los agonizantes pueblan mis oídos. Así cae la Casa Telvanni.

Pero cuando miro a este niño a los ojos, esta bendición que recibimos el mismo año que Páramo de Vvarden dejó caer su muerte llameante sobre la tierra, me aferro a este regalo. ¿Acaso es mucho pedir, tener la oportunidad de sobrevivir y conservar nuestro recuerdo? Este pequeño, nacido entre el caos y la destrucción, debe seguir adelante. Si acaso, como recordatorio al resto de dunmer de que los Telvanni fuimos gentes orgullosas y nobles en otro tiempo.

Desde que murió mi esposa, no he podido darle un nombre digno a mi hijo. Nunca me he sentido bien sin ella. Pero mi propia vida está llegando a su final, y el lujo del tiempo huye de entre mis manos. Lo bautizaré ahora: Brandyl, hijo de Lymdrenn y único heredero superviviente de la Casa Telvanni. Lo arroparé en su t'lonya, su manta de nacimiento, y dejaré su destino en manos de Azura.

Vive con virtud y orgullo, sera.
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