Elder Scrolls
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E lettersta mañana abandonamos la banda del río Blanco, con los matones de Hajvarr a nuestra estela. No era un mal trabajo, pero era hora de avanzar. Ra'jirr y yo no íbamos a ninguna parte con él al mando.



N letterunca entenderé cómo lo hace. En Ventalia no pude encontrar más que rumores mientras Ra'jirr se quedó fuera de la ciudad, borracho de azúcar lunar, y aun así consiguió encontrar una pista... una banda camino de Morthal. Se ocultan en unas viejas ruinas, donde se atrincheran después de los asaltos a las caravanas.



N letteros hemos unido a la banda de Kyr. Su excavación en busca de tesoros es un desastre: tres meses de trabajo y apenas han descubierto una sala, por no hablar de seis hombres muertos en los derrumbes. He tomado el mando de la excavación, mientras Ra'jirr se encarga de dirigir los asaltos. Puede que ese año en la mina de Cidhna sirva de algo, al fin y al cabo.



L lettero lógico es pensar que un hombre que sabe blandir una espada sabrá manejar un pico, pero estos patanes se cansan tras una hora de trabajo. No me extraña que se tarde una eternidad en excavar este túnel. He establecido turnos durante todo el día y ordenado ración doble para los que mejor excaven. Así tendrán algún incentivo.



E letterl turno nocturno me ha despertado para decirme que se habían topado con algo grande. Kyr, Ra'jirr y yo hemos ido a echar un vistazo. Es enorme, como si la tierra se hubiera tragado un bosque entero con un enorme y antiguo monumento en el centro. Kyr se quedó la espada como trofeo, como prueba de que su gran plan había merecido la pena. Por una vez puede que tenga razón.



R lettera'jirr lleva días con pesadillas. Murmulla constantemente cosas sobre una "Dama Pálida", una de esas mujeres de las ciénagas que roban niños por la noche, creo. Y pensar que un absurdo cuento puede convertir al bandido más aguerrido que conozco en un gatito temeroso, asustado de su propia sombra. Me alegro de que los demás no lo vean así.



E letterstá empeorando. Ra'jirr casi no puede dormir, y cuando cabecea se despierta de pronto gritando y despertando a todo el mundo. Dice que la "Dama Pálida" viene a por nosotros, que está en el bosque y que tenemos que devolver la espada o nos matará a todos. Es imposible. El jefe se aferra a esa cosa como si hubiera nacido con ella. Le he dicho a todo el mundo que Ra'jirr no tiene más que fiebre, pero esto no puede seguir así. He juntado unas cuantas cosas. Me escabulliré esta noche y no miraré atrás.
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